martes, 18 de noviembre de 2008

Flores

Como mujeres estamos acostumbradas a recibir flores en determinadas fechas y esta costumbre de pronto provoca que podamos sentir lo sublime de recibir o regalar un flor, claro está que hay mujeres y hombres que no encuentran agrado en esto y lo respeto, pues es cuestión de gustos, durante un buen tiempo de mi vida yo tampoco encontraba sentido, pero lo mío se debía a una resistencia al ser mujer o rechazo a todo lo que mi mente relacionaba con la delicadeza y feminidad, temas largos de tratar pero que gracias a Dios están ya en el pasado.
Uno de los obsequios que más recuerdo con cariño de la fiesta de quince que nunca quise fue precisamente un ramo de pequeñas flores blancas y algunas otras que adornaban el arte, llegó Rodrigo personalmente a dejarlas hasta mi casa, mientras corría la tarde, para disculparse por no poder asistir esa misma noche. Es como cuando una persona te dijese algo importante a lo que tu respondes con un desinteresado “¡cierto!” y luego cuando la persona se ha marchado tu mente empieza a procesar la información recibida y descubres que el mensaje era demasiado valioso para la respuesta que acabas de dar. Así lo siento, porque ahora aprecio mucho el detalle y las flores las recuerdo hermosas!
En la época del colegio Diego acostumbraba a regalarme rosas rojas y otras veces astromelias, lo divertido era que siempre compraba un ramo para su mamá y otro para mí, eso era típico de su galantería, él tenía la seguridad que todos esos detalles provocarían que siempre yo iba a querer estar con a su lado sin importar los errores que cometiera, (bueno, los hombres acostumbran a subestimar a la mujer con la que están, por si acaso le atinan) y sí, las flores cambiaban todo, me hacían sentir amada, y un poco celosa de su madre, debo admitirlo. Pero no fue en ese entonces que las astromelias se convirtieron en mis flores favoritas, no las apreciaba, no me detenía a observar su belleza, solo eran adornos, puntos a favor de un amor adolescente.
En ese mismo tiempo, mi gran amigo Carlos regalaba a su novia Johanna una rosa roja cada día, yo no sé de dónde las sacaba, pero tanto era su amor, que prefería llegar un poco atrasado antes que sin una rosa entre sus manos, cuando cumplían meses o años le obsequiaba el rosas el mismo número de meses, él lo hacía como una muestra de su cariño, pero ella ahora no puede ver rosas porque vomita, qué bueno que no siguieron juntos sino qué sería de ellos ahora que ya han pasado como diez años!
Y en el amor universitario no faltó por supuesto un arreglo floral, lo recuerdo muy hermoso, Alexis apareció con él, y definitivamente era algo que no esperaba, pues no encajaba con el concepto que mi mente tenía sobre él, eran unas flores coloridas amarillas y anaranjadas largas como en forma de hojas.Un día también lo sorprendí con un ramito comprado en el mercado, pedí claveles blancos y astromelias amarillas, bueno allí entendí que hay hombres que se les encantaría recibir flores, pero no se atreven a decirlo.
Hace un par de años Emerson sacó de la cajuela de su auto una rosa roja (¡para variar!), justo antes de entrar al cine, fue como una alerta que advertía lo que le seguiría a la escena, las intenciones de quien yo quería amigo. Las flores dan siempre mensajes, sí que lo dan!.
Si bien una flor puede mover el corazón de una mujer y de un hombre, y nos hace sentir amados, creo que la diferencia está en cuando recibes una flor de quien amas. Me encantan las astromelias porque son coloridas, alegres, llenas de vida, no te aburres al mirarlas, no importa si están grandes o pequeñas, permanecen un buen tiempo vivas, me fascinaría verlas sin ser arrancadas, cómo nacen y crecen. Pero son flores y un día se marchita, y solo te queda de ellas el recuerdo…

2 comentarios:

  1. Yo tengo por tradición ofrecer girasoles a las integrantes de mi círculo, no por nada lo he nombrado la "Alianza del girasol".DE hecho el girasol es mi flor favorita, y estadísticamente Yukino ha sido la única de la Alianza que me ha dado uno.

    Pd. Carlos... johana... son nombres que no he oido en mucho tiempo a la par que me recuerda a una historia muy lejana.

    Gracias por visitarme.

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  2. Interesante la historia de las astromelias

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