Me despedí de los amigos con los que más comparto durante la semana en mi realidad actual, me despedí y me quedó un sabor amargo, pensé en cuánta mentira hay de por medio, muchas falsedades que decidimos, como masa, ignorar, y pensaba entonces que hay detrás de todas las mentiras que escuchamos, encubrimos, decimos, vivimos, aún en mi mundo de fantasía.
Cuando Tom salió de la casa después de haberse tomado media hora para hacer citas de sábado por la noche mientras intentaba arreglar mi computador, sin decir nada, sin verbalizar esas emociones que suponía yo causaba en él, suspiré, corrí a la máquina y estaba allí Paúl conectado, ideas descontroladas pasaron por mi cabeza, pensé “ya son las nueve de la noche, es tarde”, sin importar detalles me decidí a escribirle y en el mismo instante él me escribía un “hola” que llegó antes que mi “hola”. Tomé un taxi hasta su casa, en el camino el conductor me advertía sobre lo peligroso que es hoy en día divertirse, que pensara bien lo que iba a hacer y que no me casara todavía… Llegué a su departamento, él apagó sus celulares, su computador, las luces… encendió la TV, y puso la película que se supone veríamos, pasaron cinco minutos y preguntó si podía abrazarme, mi afirmación fue entusiasta, un minuto después su pregunta era si podía besarme, no alcancé a responder…mientras todo ocurría y mientras la película continuaba corriendo, recordaba lo que había sentido la primera vez, en mi mente había dicho “no puedo hacerle esto a Tom, yo lo quiero, no puedo hacer esto”, esta vez estaba demasiado sorprendida por lo que había pasado con él, Paúl se detenía por instantes para decirme lo linda que le parecía y lo mucho que le gustaba, en alguna ocasión mirándome a los ojos me dijo que se estaba enamorando de mí, supongo que en otro momento de mi vida, con algunos menos años se lo habría creído, yo no correspondía a sus halagos, y casi ni me importaba que muchas de aquellas palabras fueran mentiras, porque yo sabía que estaba en ese lugar siendo parte de una mentira que no estaba dispuesta a trabajar para ocultarla, mientras todo pasaba, yo continuaba pensando en lo mal que estaba haciendo, pensaba en que quería irme, en que no quería irme únicamente por las personas que confiaban en que yo no era capaz de ser protagonista de una situación como ésa, quería irme porque entre más se profundizaban las cosas, más vacía me sentía, porque no estaba allí lo que necesitaba, sí lo que había ido a buscar, los sentidos por minutos dominaban sobre mi espíritu. Hasta que decidí irme, Paúl no entendía ni quería entender por qué no me había quedado, él sólo quería lograr su objetivo.
Volví a casa e hice el ritual de siempre para sentirme menos indigna, pensaba si mi Seudo-resistencia había sido gracias lo que sentía por Tom, por amor a mí misma, por amor a Cristo o sencillamente a causa de mis traumas. Dormí tranquila.
Al día siguiente, simplemente no podía verlo a la cara, no sólo porque mi rostro debía estar manchado con maquillaje que se corrió mientras mis lágrimas caían, sino porque había traicionado esas emociones que habían sido lastimadas toda la tarde y noche anterior.
Desde entonces siento que algo se rompió entre nosotros, desde entonces estoy lejos de él...
Matilde
Cuando Tom salió de la casa después de haberse tomado media hora para hacer citas de sábado por la noche mientras intentaba arreglar mi computador, sin decir nada, sin verbalizar esas emociones que suponía yo causaba en él, suspiré, corrí a la máquina y estaba allí Paúl conectado, ideas descontroladas pasaron por mi cabeza, pensé “ya son las nueve de la noche, es tarde”, sin importar detalles me decidí a escribirle y en el mismo instante él me escribía un “hola” que llegó antes que mi “hola”. Tomé un taxi hasta su casa, en el camino el conductor me advertía sobre lo peligroso que es hoy en día divertirse, que pensara bien lo que iba a hacer y que no me casara todavía… Llegué a su departamento, él apagó sus celulares, su computador, las luces… encendió la TV, y puso la película que se supone veríamos, pasaron cinco minutos y preguntó si podía abrazarme, mi afirmación fue entusiasta, un minuto después su pregunta era si podía besarme, no alcancé a responder…mientras todo ocurría y mientras la película continuaba corriendo, recordaba lo que había sentido la primera vez, en mi mente había dicho “no puedo hacerle esto a Tom, yo lo quiero, no puedo hacer esto”, esta vez estaba demasiado sorprendida por lo que había pasado con él, Paúl se detenía por instantes para decirme lo linda que le parecía y lo mucho que le gustaba, en alguna ocasión mirándome a los ojos me dijo que se estaba enamorando de mí, supongo que en otro momento de mi vida, con algunos menos años se lo habría creído, yo no correspondía a sus halagos, y casi ni me importaba que muchas de aquellas palabras fueran mentiras, porque yo sabía que estaba en ese lugar siendo parte de una mentira que no estaba dispuesta a trabajar para ocultarla, mientras todo pasaba, yo continuaba pensando en lo mal que estaba haciendo, pensaba en que quería irme, en que no quería irme únicamente por las personas que confiaban en que yo no era capaz de ser protagonista de una situación como ésa, quería irme porque entre más se profundizaban las cosas, más vacía me sentía, porque no estaba allí lo que necesitaba, sí lo que había ido a buscar, los sentidos por minutos dominaban sobre mi espíritu. Hasta que decidí irme, Paúl no entendía ni quería entender por qué no me había quedado, él sólo quería lograr su objetivo.
Volví a casa e hice el ritual de siempre para sentirme menos indigna, pensaba si mi Seudo-resistencia había sido gracias lo que sentía por Tom, por amor a mí misma, por amor a Cristo o sencillamente a causa de mis traumas. Dormí tranquila.
Al día siguiente, simplemente no podía verlo a la cara, no sólo porque mi rostro debía estar manchado con maquillaje que se corrió mientras mis lágrimas caían, sino porque había traicionado esas emociones que habían sido lastimadas toda la tarde y noche anterior.
Desde entonces siento que algo se rompió entre nosotros, desde entonces estoy lejos de él...
Matilde
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