Es delicioso poder tener una siesta un domingo por la tarde y prepararse para lo dura que será la semana, lo feo es cuando llegan las doce de la noche y consigo dormir…
Ya leí, hablé con mi amado pero aún así no llega el sueño, probaré con un té recargado de valeriana…
Ya es casi un año desde que estoy viviendo sola, muchas cosas han pasado en mi vida y siento que muchas han cambiado, desde hace dos meses me mudé de ciudad y todo acá es distinto, como si se hubiera acabado la diversión y los amigos…
Hay cosas con las que no contaba cuando planeaba vivir sola, hubo mucho apoyo de parte de mis amigos para tomar esta decisión, pero luego siento que quedé sola, y es totalmente aceptable porque cada uno tiene que vivir su propia vida y atender sus propios asuntos. Hay noches como hoy precisamente, en las que tengo miedo de estar sola, pensando en lo peligrosa que es la ciudad y que nadie está a salvo ni en su propia casa.
Pero ha servido todo esto, no me arrepiento de haberme arriesgado, aún así gracias a Dios en todo momento ha puesto personas buenas en mi camino, que desinteresadamente están ayudándome de una u otra forma, que están dando su apoyo, personas que ya sea con relaciones fugaces o permanentes han aportado en quien soy hoy. Sin duda que no soy la misma que hace un año, he ganado seguridad e independencia hasta cierto punto, el silencio que me caracterizaba va disminuyendo poco a poco, hace poco pensaba que de pronto esa sea la razón por la que ya no escribo tanto, porque ahora puedo expresarme más verbalmente, claro que aún cuesta. Pero no todos mis cambios han sido positivos he cometido cantidad de errores de los que estuve a salvo en el último trienio.
Entre las cosas impresionantes están que mi cilindro de gas que compré hace un año todavía no se acaba, (risa) estoy empezando a creer que es milagroso. Ya cometo menos errores en la compra de los alimentos, ya no compro tanto ni compro cosas que se pierden por fecha de caducidad, aún así no soy nada parecido a lo mejor administrando mis finanzas.
No sé porqué diferentes ideas en este momento pasan por mi cabeza, así que pueden ver que los temas no están relacionados el uno con el otro, y ni siquiera tienen un orden específico, es como estoy ahora. Ayer escuchaba a alguien que hablaba sobre Dios y sobre quienes somos, algo con lo que me sentí identificada puesto que me sentía abandonada por la gente que quiero y conozco y que están lejos, en mi más alta actitud de “Morelia” escuchaba lo que no quería escuchar. El hombre animaba a dejar de quejarnos y dejar de lado justo aquella actitud, queriendo tener la atención siempre de todos por lo “injusta” que es la vida con nosotros. Animaba a encontrar en Dios eso que necesitamos, ese aliento, ese ánimo, llenarnos de Dios y empezar a ayudar a otros mostrando el amor que hemos recibido, orando por ellos como otros lo hicieron por nosotros… Y pues me llegó como la retada que necesitaba… hoy fue bueno escuchar a Maritza diciendo que su cuñado que se encontraba en coma empezó a reaccionar un día después que oramos por él y que cuando ella escuchó esa noticia recordaba la oración de hace dos semanas… Me ayuda a reconocer que aunque yo crea que yo no puedo hacer nada para que otros crean, Dios si puede hacerlo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario